
Los 120 gramos a la hora ya son historia
Hace no tanto, consumir 90 gramos de carbohidratos por hora era el estándar en larga distancia. Algunos lo veían como un techo fisiológico. Hoy, la evidencia y la práctica van por otro lado. Sam Laidlow ha ganado IRONMAN Leeds metiendo 200 gramos a la hora en bici, y Kristian Blummenfelt se ha proclamado campeón de Europa en Frankfurt con una estrategia basada en 160 gramos por hora. No son los únicos: Cameron Wurf, en IRONMAN Texas, consumió 28 geles en 4 horas Los 120, que hasta hace poco eran sinónimo de ir al límite, ya no marcan el techo. Marcan la base.
De los 90 a los 120, y de ahí al más allá
La idea de combinar glucosa y fructosa para superar los 60 gramos por hora lleva más de una década dando vueltas. El trabajo de Jeukendrup puso los 90 g/h como cifra viable y sin efectos secundarios si se entrenaba el sistema digestivo. Pronto se consolidó entre ciclistas y triatletas de larga distancia. Después vinieron los 120, defendidos desde el entorno científico, y en los últimos años incluso se ha hablado de cifras superiores.